Comunicado de prensa
01 de Marzo de 2013
En las vísperas del 'Rodrigazo'...
El Kirchnerismo promueve un plan de ajuste fenomenal contra el pueblo trabajador
En las vísperas del
'Rodrigazo'
El Kirchnerismo promueve
un plan de ajuste fenomenal contra el pueblo trabajador
El desplome del superávit en la balanza
comercial de enero de 2013, un 49% menos en relación a enero de 2012, no es mas
que un retrato del agotamiento del modelo Kirchnerista y del intento por
'reconstruir la burguesía nacional'. A casi 10 meses de que se promulgara la
ley de 'expropiación' de YPF, el Estado Nacional se ve obligado a importar
combustible por la friolera de 681 millones de dólares. El Estado tiene que
importar casi un 75% más de combustible que hace un año. El fracaso del modelo
energético, fundamental para cualquier país, se presenta debido a que la compra
del 51% de las acciones de YPF estuvo orientado por el embate de distintas
fracciones imperialistas; el Kirchnerismo, y todo el régimen político, fueron
garantes de una nueva reprivatización de YPF, que cerro acuerdos comerciales e
'inversiones' con la petrolera norteamericana Chevron. El proyecto del gobierno
nacional de "una YPF moderna, competitiva, profesional, con una dirección política
que tienda al superávit y una producción carburifera que sostenga el empleo y
la actividad económica" (La Nación, 04/05/2013) se esfumo en el
mismo momento que los directivos "Nacionales y Populares" de YPF firmaron
acuerdos con Chevron, entregándole a la petrolera imperialista derechos de
explotación en Loma La Lata y Loma Campana, donde podría capitalizar -al precio
actual del barril de petróleo- mas de 40.000 millones de dólares, todo a cambio
de un rembolso de 1.000 millones de dólares en concepto de “inversión”. La
asociación comercial entre YPF y Chevron deja taxativamente a YPF en el papel
de empresa boba y a través de la inversión de ésta permitirá a la petrolera
norteamericana capitalizar una ingente cantidad de reservas. Por otro lado, YPF
representa el 35% de la producción petrolera en el país, el 65% restante, se lo
reparten entre petroleras extranjeras y nacionales. La soberanía energética es
un fraude. El agotamiento del Kirchnerismo no es más que la expresión del
agotamiento de todo un régimen político donde la derecha liberal y los “progresistas”
están condicionados por intereses imperialistas.
El desfalco financiero se enmarca en
una presión devaluacionista impresionante, el ‘intento’ del gobierno nacional
por frenar la escalada de precios, motivada en gran medida por la especulación
arbitraria -o sea intencional- de las grandes cadenas de supermercados y los
industriales, se torna inocuo. El corsé del gobierno a la devaluación y el
aumento de precios es una bomba de tiempo, en un año electoral, la liberación
de tarifas y el ‘sinceramiento’ monetario puede ser suicida para cualquier
intento por modificar la constitución nacional para habilitar la relección de la
presidente. La camarilla gobernante se encuentra al filo de la navaja, en
primer lugar, la burguesía no puede soportar la presión sindical que se envalentono
luego de la ruptura formal de la clase obrera con el gobierno y la huelga
general del 20 de noviembre pasado, tras la crisis en la CGT con el gobierno
nacional. En segundo lugar, los capitalistas no encuentran una salida ordenada al
agotamiento del modelo actual. Si tenemos en cuenta que, luego de casi 10 años
de Kirchnerismo, la única alternativa para sostener la gobernabilidad y la estabilidad
del régimen político, sea la misma Cristina Fernández Kirchner, podemos
entender el grado de crisis que envuelve al conjunto del orden político burgués
y el carácter de la estabilidad conquistada por los capitalistas luego del
derrumbe de 2001. La oposición no logro constituir un solido reagrupamiento en
torno a una salida política que no sea otra que la del propio Kirchnerismo. En
otras palabras, el Kirchnerismo fue tomando paulatinamente el programa de la
derecha y centroizquierda, lo cual implico una derechización del gobierno bonapartista
a lo largo de los últimos años. Cambian las formas, sí, pero de fondo la burguesía
esta optando por los ´métodos´ de la camarilla gobernante, que a pesar de las
crisis manifiestas, permite una relativa estabilidad y arbitraje, a una
aventura con una oposición perdida y disgregada en el limbo. El gobierno es
consciente de lo terminal que puede ser impulsar un ajuste en estos momentos,
por eso tercerizó el déficit fiscal y financiero a las provincias, acortando
partidas y llevo adelante un saqueo en masa de la Anses, el Banco Nación y las
reservar del Banco Central, entre otros organismos estatales, como también las
obras sociales. Este traspaso del déficit a terceros le permitió al
Kirchnerismo sortear las primeras sacudidas de la crisis mundial, sumado a
esto, un sostenimiento de la cotización internacional de los comodities
fundamentales con los cuales el Estado Nacional acumula divisas. El control de
cambio y de compra de dólares es un intento por detener una devaluación de
facto, o sea, impuesta por la propia especulación de los banqueros e
industriales en el mercado. Pero para que una devaluación inminente no termine
por acribillar los sueldos de los trabajadores, es necesario que se prohíba la
salida especulativa de divisas, esto es, imponer un verdadero control de
cambio, que intervenga en el mercado financiero a través de la nacionalización
de toda la banca, monopolizándola bajo la tutela de la clase obrera. Pese al
cepo cambiario, durante 2012 los capitalistas se llevaron del país casi 3.500
millones de dólares, contabilizando más de 80 mil millones de dólares durante los
últimos 6 años. Esta formidable sangría financiera no es solo una corrida
especulativa contra el País, sino mas bien -y fundamentalmente- una corrida de
socorro a los países imperialistas de Europa y Norteamérica que se encuentran
en una situación deficitaria que pone a los países mas desarrollados del
planeta al borde del default soberano. Claramente, la crisis mundial golpea de
lleno sobre las economías de la periferia capitalista.
En este contexto el gobierno llevo adelante medidas para
intentar controlar los precios durante el 01/02 y 01/04 del corriente. El plan del
gobierno consiste en ganar cierta estabilidad durante un año electoral clave. El
problema fundamental radica en que las grandes cadenas de supermercados
llevaron adelante un aumento fenomenal de precios durante los últimos meses,
alrededor del 30%, contemplando un 40% acumulado durante 2012, a sabiendas de
que el gobierno llevaría adelante una política de estas características. Por
tal motivo, las cámaras comerciales aceptaron el acuerdo sin ton ni son. La crónica
del ‘plan’ anunciado -y acordado con las patronales- culmina con un intento por
extender la medida hasta mediados de año o incluso, o casualidad, hasta las
elecciones legislativas en octubre. El control de precios vendría a condicionar
las paritarias, pues, según la lógica de las cámaras patronales y el gobierno,
si no aumentan los precios, se pueden contemplar guarismos “razonables” para
las negociaciones tripartitas. ¡Pero si así fuera el gobierno y los
capitalistas deberían reconocer la perdida del salario real de los trabajadores
durante todos estos años de inflación, sin control de precios, donde los
aumentos fueron inferiores a la inflación real! La doble jugada que están
llevando adelante, aumentar los precios para luego congelarlos y poner de facto
un techo a las paritarias, son el preludio de la agudización del plan de ajuste
y la puesta en marcha de la devaluación. La burguesía le puso fecha al ‘Rodrigazo’.
Luego de las legislativas, el gobierno nacional, con el apoyo del conjunto de
la oposición, desde el FAP, la UCR y la derecha peronista, y la burguesía, sea
esta campestre, comercial, banquera o industrial, van a llevar adelante el ‘sinceramiento’
de la economía, o sea el tarifazo y la devaluación del peso. Los trabajadores
debemos prepararnos para dar una respuesta contundente a este gigantesco plan
de miseria que nos quieren imponer los que “se la vienen llevando con pala”. La
devaluación, como lo atestigua las ultimas dos devaluaciones llevadas a cabo en
Venezuela, consisten en un mazazo a los salarios obreros, pues los capitalistas
aprovecharan la oportunidad para llevar adelante una escalada de precios
especulando contra el alimento diario de nuestras familias. Los trabajadores
tenemos que redoblar la apuesta, necesitamos paritarias libres, democráticas y
sin ningún tipo de condicionamientos. Tenemos que pelear tenazmente por abolir el
impuesto a las ganancias; el aumento del 20% en la cuarta categoría es una
estafa, ya que a quienen se dejaría de aplicar la retención, con los aumentos
de sueldos, que el gobierno quiere planchar alrededor del 20%, terminarían por
esfumarse, ya que nuevamente los trabajadores comenzarían a tributar ganancias.
El gobierno pego
el portazo, y cerro la paritaria docente unilateralmente -como en la paritaria
de 2012- con un miserable e insignificante 22% de aumento, en cómodas cuotas.
Esto es inaceptable, el descontento en las bases docentes se siente
fervorosamente, a tal punto, que la burocracia sindical ha convocado al paro: ¡Hasta
CTERA tuvo que rechazar el 22% del gobierno nacional y llamar al paro general! De
esta forma los sindicatos que conforman la paritaria nacional docente (UDA, AMET,
CEA, SADOP y CTERA), convocan al paro y al no inicio del ciclo lectivo. Si bien
la convocatoria a la huelga es expresión de la gigantesca presión que se vive
al interior del movimiento docente, la burocracia esta impulsando medidas
aisladas, que tienen el motivo de desgastar la lucha, y entregar la paritaria
al Kirchnerismo. No existe un plan de lucha nacional unificado por las
centrales docentes. Tenemos que quebrar el pacto social que quiere imponer el
Kirchnerismo y que intenta garantizar la burocracia sindical, tenemos que poner
en pie asambleas y plenarios docentes que impongan un plan de lucha nacional
para acabar con la entrega de la burocracia y el ajuste del gobierno nacional.
Un dato importante que tenemos que tener en claro es que el conjunto de los
sindicatos que convocan a la huelga, condicionada desde el vamos por la
ausencia de un plan de lucha, pero huelga al fin, son oficialistas, están
alineados con el gobierno nacional. El quiebre de las centrales obreras debe
ser caracterizado como un retroceso para el movimiento obrero en su conjunto,
pero, bajo ningún concepto, debe interpretarse como un ‘fin’ del Kirchnerismo,
como tampoco que la ruptura de la CTA primero y de la CGT después, representen
una ‘ventaja’ para el gobierno. La transición en curso en el seno del
movimiento obrero por expulsar las direcciones traidoras y pro-patronales,
presenta un sinfín de contradicciones, la convocatoria al paro nacional
docente, como la huelga general del 20 de noviembre de 2012, son expresiones de
la crisis en curso de una burocracia sindical descompuesta y en proceso de
disgregación. Esta crisis que sacude a la burocracia sindical debe ser
aprovechada por las organizaciones combativas y clasistas que intervienen en el
movimiento obrero para poner en pie una nueva dirección en los sindicatos. La
crisis capitalista mundial impone ritmos a la lucha de clases, es necesario que
los revolucionarios podamos seguir el pulso de los acontecimientos que pueden
ser trascendentales en el periodo de desarrollo político próximo de la
vanguardia obrera.
Necesitamos poner en pie un conjunto de campañas en torno
al plan de ajuste que están impulsando los capitalistas. Este año hay
elecciones legislativas, y el Frente de Izquierda esta dividido y en plena
crisis. Tenemos que ahondar esfuerzos por reagrupar a la vanguardia en torno al
FIT para que la izquierda revolucionaria se presente a elecciones y brinde una
alternativa, obrera y socialista, de cara a la crisis mundial, al conjunto del
pueblo trabajador. La clase obrera tiene que hacerse oír en el escenario
nacional, el instrumento inmediato para este fin es y debe ser el FIT.
Lamentablemente las organizaciones que conforman el frente han roto la mínima
unidad de acción que existía allá por 2011, cuando se conforma el FIT. Es
necesario que se convoque a un congreso del frente para poder poner en pie las
campañas y el programa del mismo, votar los candidatos e impulsar comités de
base en todos los distritos del país. En cada rincón, en cada barrio, fabrica,
escuela o lugar de trabajo debe sentirse al Frente de Izquierda luchando por una
alternativa política de los trabajadores, frente al derrumbe de la oposición
patronal, fundamentalmente el FAP y la derecha peronista, y al agotamiento del
Kirchnerismo, que prepara la devaluación y la liberación de precios. En este
sentido, poner en pie una coordinadora en defensa del FIT puede ser progresivo
y fructífero, siempre y cuando sirva como medio para poder rearmar al FIT y
poder brindarle un programa y un método político.
Para frenar el ‘Rodrigazo’ es necesario que la clase
obrera intervenga en la crisis nacional, dándole continuidad a la huelga
general del 20 de noviembre de 2012 y poniendo en pie un plan de lucha nacional
por todas nuestras reivindicaciones, rechazando los techos a las paritarias y
peleando por un aumento de emergencia del 35% en todos los gremios. Disolución
del IVA y todos los impuestos al salario. Tenemos que batallar
efervescentemente para que los trabajadores tengamos voz en las legislaturas,
para poder denunciar y desenmascarar a los traidores y entregadores de nuestros
derechos.
Nicolás
Maurer
Partido Obrero Socialista
No hay comentarios:
Publicar un comentario